sábado, 25 de agosto de 2012

¡Es la cruda realidad!

"Entre los planes de la Naturaleza está un buen día poner punto final a nuestras ilusiones y desvelos decidiendo, sin el menor atisbo de cortesía, que dejemos de funcionar. Se nos pone la cara pálida, quedamos inmóviles, se nos relajan los esfínteres, se nos cae la mandíbula, nos enfriamos, se nos coagula la sangre, nos deshidratamos, quedamos rígidos, aparece una mancha verde en el vientre, despedimos un olor pestilente y empezamos a podrirnos. Nos descomponemos por fermentaciones microbianas y nos van comiendo poco a poco los "gusanos", como llamamos vulgarmente a las sucesivas oleadas de la fauna cadavérica que, cumpliendo cada variedad con su riguroso turno, nos destruye, porque colaborando con las bacterias están los insectos que nos devoran, unos enjambres después de otros, cada uno de acuerdo con la función que le asignó la Naturaleza. Es muy ordenada ella. Empiezan los dípteros cuando todavía estamos "frescos"; siguen moscas incilia y sarcophaga cuando avanza el olor cadavérico, precisamente seducidas por él; más o menos entre los tres y seis meses coleópteros y leptidópteros se dan el gran banquete  con nuestras grasas fermentadas; a continuación "gusanos del queso" se sacian con la fermentación de los albuminoides; con la fermentación amoniacal reaparecen dípteros y coleópteros; luego los ácaros absorben los humores del cadáver y nos dejan secos del todo; vuelven coleópteros y lepidópteros para liquidar los tejidos membranosos ya apergaminados y finalmente dos últimas cuadrillas, tan especializadas como las demás, se encargan de que desaparezca lo que pueda quedar de nosotros. Sí, señores, así es la cosa, y no por sabida cambia. Quienes gustan de los eufemismos llaman a esto "descansar en paz".

("Libelo contra natura", Eduardo M. Solari, Primer Premio de Ensayo La Nación, 1987)

lunes, 20 de agosto de 2012

"El tigre"

"Iba y venía, delicado y fatal, cargado de infinita energía, del otro lado de los firmes barrotes y todos lo mirábamos. Era el tigre de esa mañana, en Palermo, y el tigre del Oriente y el tigre de Blake y de Hugo y Shere Khan, y los tigres que fueron y que serán y asimismo el tigre arquetipo, ya que el individuo, en su caso, es toda la especie. Pensamos que era sanguinario y hermoso. Norah, una niña, dijo: Está hecho para el amor."
(Jorge Luis Borges)

viernes, 17 de agosto de 2012

Unos pocos versos de Calderón

Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna vez soñamos;
y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir solo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive sueña
lo que es, hasta despertar.

Calderón de la Barca ("La vida es sueño", IIª jornada)

viernes, 10 de agosto de 2012

De la buena literatura

Jerome David Salinger fue autor de algunos de los mejores cuentos universales. Su famoso "A perfect day for banana fish" ("Un día perfecto para el pez banana") es mencionado como ejemplo en todas las buenas antologías. Sin una palabra de más ni de menos, mantiene al lector en vilo hasta el inesperado final. Salinger es uno de los mejores representantes de la literatura norteamericana. Nació en 1919 y murió en 2010. Otra de sus obras sobresalientes es "El cazador oculto", novela también conocida bajo el nombre de "El guardián entre el centeno".
Otros de sus libros son "Nueve cuentos", "Franny y Zoey", "Boca bonita y verdes mis ojos" y "Levantad carpinteros la viga del tejado", todos libros de cuentos muy recomendables. Los mismos personajes aparecen a veces en unos y otros. Salinger usó como nadie el lenguaje adolescente, inventó seres inquietantes, malvados, que parecen conocer el mundo atormentado de los mayores. Ya famoso, decidió vivir aislado en una casa de campo donde no  recibía a nadie. Un hombre tan genial y excéntrico como sus personajes.

jueves, 2 de agosto de 2012

Dudas acerca del género de algunas palabras

El idioma español utiliza el artículo masculino "el" para algunas palabras que comienzan con "a" acentuada, pero dicha palabra no pierde su género femenino. Esta costumbre viene del español antiguo, que usaba el artículo "ela" para evitar la cacofonía de dos "aes" acentuadas juntas. Con el paso de los siglos "ela" quedó convertido en "el".
Ejemplos: agua, área, alma, hambre, arma, etcétera.
No se dice "el agua claro" sino "el agua clara".
Es incorrecto "ese área protegido", lo correcto es "el área protegida". Muchas personas se equivocan y adjudican género masculino a palabras femeninas.