viernes, 30 de noviembre de 2012

De Sor Juana Inés de la Cruz

"Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,
como en tu rostro y tus acciones vía
que con palabras no te persuadía,
que el corazón me vieses deseaba.

Y, Amor, que mis intentos ayudaba
venció lo que imposible parecía:
pues entre el llanto, que el dolor vertía,
el corazón deshecho destilaba.

Baste ya de rigores, mi bien, baste;
no te atormenten más celos tiranos
ni el vil recelo tu quietud contraste

con sombras necias, con indicios vanos,
pues ya en líquido humor viste y tocaste
mi corazón deshecho entre tus manos".

Juana de Asbaje Ramírez era el nombre real de Sor Juana Inés de la Cruz. Mexicana, nació en 1651 y murió en 1695. Fue monja carmelita pero abandonó esa orden para profesar la fe jerónima.

En paz

"Muy cerca de mi ocaso,
yo te bendigo, vida
porque nunca me diste
ni esperanza fallida
ni trabajo injusto
ni pena inmerecida.
Porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino
que si extraje la hiel o la miel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel, o mieles sabrosas.
Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno,
mas tu no me dijiste que mayo fuese eterno
hallé sin duda largas las noches de mis penas
mas tu no prometiste tan solo noches buenas.
En cambio tuve algunas
santamente serenas
¡Amé, fui amado, el sol acarició mi faz!
¡Vida, nada me debes!
¡Vida, estamos en paz!

Amado Nervo. (Nació en Tepic, México, en 1870. Murió en Montevideo en 1919)

Del Siglo de Oro español, un soneto de Lope de Vega

"Es la mujer del hombre lo más bueno,
Y locura decir que lo más malo,
Su vida suele ser y su regalo,
La muerte suele ser y su veneno.

Cielo a los ojos cándido y sereno,
Que muchas veces al infierno igualo,
Por raro al mundo su valor señalo
Por falso al hombre su rigor condeno.

Ella nos da su sangre, ella nos cría,
No ha hecho el cielo cosa más ingrata;
es un ángel, y a veces una arpía.

Quiere, aborrece, trata bien, maltrata,
Y es la mujer al fin, como sangría,
que a veces da salud y a veces mata".

Lope de Vega. Nació en Madrid en 1562 y murió en la misma ciudad en 1635.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Cómo se escriben los números

Los números del 16 al 19 pueden escribirse juntos o separados: dieciséis (diez y seis); diecisiete (diez y siete); dieciocho (diez y ocho); diecinueve (diez y nueve).
Del 20 al 30, siempre juntos. Del 31 en adelante, siempre separados: treinta y uno, cuarenta y tres, ciento dos.

Todo texto que no sea matemático no puede admitir, por razones estéticas, los números arábigos, salvo las fechas y los años.Como ejemplo, no se puede escribir: "cumple 15 años" (cumple quince años) o  "nos vamos por 7 días" (nos vamos por siete días) .
Sí es correcto: "Se celebra el aniversario de la revolución del 25 de mayo de 1810".

SON REGLAS DE LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA DE LA LENGUA.


miércoles, 14 de noviembre de 2012

Las preposiciones

Cada idioma tiene su sistema preposicional, y es la parte más difícil de aprender. Si no se lo domina, no se sabe bien una lengua.
La preposición es, según define la Real Academia Española, "palabra invariable que enlaza un elemento sintáctico cualquiera con un complemento sustantivo"(...) Los sustantivos, adjetivos, verbos y adverbios evocan por sí solos un contenido semántico mucho más denso y complejo que las preposiciones y conjunciones, cuyo papel es principalmente relacionante o nexivo. (...) En lo que se refiere a las preposiciones, la vaguedad del significado es todavía mayor, por ser capaces de establecer relaciones múltiples, son las de uso más frecuente como a, de, en, con, por".
Un ejemplo de cómo suele confundirse el uso de la preposición es como complemento del verbo disentir. Si se dice disiento con usted respecto del asunto, significa que uno está de acuerdo con el disenso. En cambio, si se dice disiento de usted respecto del asunto, quiere decir que uno no está de acuerdo, que piensa distinto.
Otro ejemplo que se presta a confusión constante es el famoso "dequeísmo". Para no caer en él, las personas prefieren no usar la preposiciòn de cuando sí corresponde, cayendo de ese modo en error.
Llevan obligatoriamente la preposiciòn de las frases como "estoy convencido de tal cosa", "estoy seguro de que iremos", "me doy cuenta de que me porté mal", "tomé conciencia de cuántas cosas debo hacer hoy".
Una pequeña prueba mental para no errar es hacerse esta pregunta: "¿estoy seguro algo?" La respuesta inmediata del cerebro es no. "Estoy seguro de algo".
"¿Me doy cuenta eso?" La respuesta mental instantánea es: "estoy seguro de eso".
La prueba es fácil, solo hay que pensar un instante.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Dos sonetos de Jorge Luis Borges

EL DESPERTAR

Entra la luz y asciendo torpemente
De los sueños al sueño compartido
Y las cosas recobran su debido
Y esperado lugar y en el presente
Converge abrumador y vasto el vago
Ayer: las seculares migraciones
Del pájaro y del hombre, las legiones
Que el hierro destrozó: Roma y Cartago.
Vuelve también la cotidiana historia:
Mi voz, mi rostro, mi temor, mi suerte.
¡Ah, si aquel otro despertar, la muerte,
Me deparara un tiempo sin memoria
De mi nombre y de todo lo que he sido!
¡Ah, si en esa mañana hubiera olvido!

TEXAS

Aquí también. Aquí, como en el otro
Confín del continente, el infinito
Campo en que muere solitario el grito;
Aquí también el indio, el lazo, el potro.
Aquí también el pájaro secreto
Que sobre los fragores de la historia
Canta para una tarde y su memoria:
Aquí también el místico alfabeto
De los astros, que hoy dictan a mi cálamo
Nombres que el incesante laberinto
De los días no arrastra: San Jacinto
Y esas otras Termópilas, el Álamo.
Aquí también esa desconocida
Y ansiosa y breve cosa que es la vida.

(De su libro "El otro, el mismo")

viernes, 2 de noviembre de 2012

De Jorge Luis Borges, "Los enigmas"

"Yo que soy el que ahora está cantando
Seré mañana el misterioso, el muerto.
El morador de un mágico y desierto
Orbe sin antes ni después ni cuándo.
Así afirma la mística. Me creo
Indigno del Infierno o de la Gloria,
Pero nada predigo. Nuestra historia
Cambia como las formas de Proteo.
¿Qué errante laberinto, qué blancura
Ciega de resplandor será mi suerte,
Cuando me entregue el fin de esta aventura
La curiosa experiencia de la muerte?
Quiero beber su cristalino Olvido,
Ser para siempre, pero no haber sido".

De Federico García Lorca (fragmento)

"Verde que te quiero verde.
  verde viento, verdes ramas.
  El barco sobre la mar y el caballo en la montaña.
  Con la sombra en la cintura
  ella sueña en su baranda,
  verde carne, pelo verde,
  con ojos de fría plata".